TIMAR: PERSONAJES HISTORICOS

Gracias a la aportación de Antonio Del Bello Martín hemos localizado y extraido de la página web del ayuntamiento de Málaga, la siguiente información:

Cristóbal Medina Conde (1726-1798)

    Natural de Tímar (Granada), ocupa un lugar destacado entre los historiadores de Málaga. Era capellán del Sacromonte en 1754, cuando se iniciaron las excavaciones de la Alcazaba granadina, que aportaron materiales que no sólo interesaron desde el punto de vista arqueológico, sino también como testimonios de la cristiandad primitiva, de lo cual, él como teólogo, fue tenaz defensor.

    Su relación con Málaga arranca de 1765, fecha en la que solicitó una Ración en esta Catedral, que le fue concedida, afianzándose su posición en el Cabildo Catedralicio, ya que en 1770 había alcanzado la dignidad de canónigo. A la vez que desde Málaga continuaba sus trabajos en defensa de las antigüedades granadinas, había iniciado la investigación de la historia y monumentos malagueños, que se vería cortada bruscamente en 1774 al ser apresado por su relación con las antigüedades granadinas, acusadas de ser falsificaciones y condenado a cuatro años de reclusión en un convento.

    Su posición en Málaga fue muy delicada, ya que se descubrió que había presentado pruebas de falso linaje para hacerse familiar del Santo Oficio. El apoyo del arzobispado de Granada y del poder real hizo que pudiera seguir disfrutando de su canongía hasta 1789, fecha de su muerte.

    Los años que pasó en Málaga se volcó en el estudio de la historia y monumentos de la ciudad y la provincia, trabajos que se integrarían en las Conversaciones históricas malagueñas, que publicaba mensualmente desde 1789, cumpliendo con su condena, al hacerlo bajo el nombre de su sobrino Cecilio García de la Leña.

    Su obra:
  • El enterrador del Albaicín.
  • Conversaciones históricas-malagueñas.
  • Diccionario geográfico malacitano.
  • Descripción de la Santa Iglesia Catedral de Málaga desde 1487 hasta 1785.
  • Disertaciones en recomendación y defensa del famoso vino malagueño Pedro Ximén.

    En el número 84 de la revista de la Diputación provincial de Málaga JÁBEGA (http://www.cedma.com/archivo/jabega_pdf/jabega84.pdf), en la página 7 se indica

    Un ejemplo de estos intelectuales imbuidos del espíritu de la Ilustración fue el canónigo de la Catedral de Málaga, don Cristóbal Medina Conde y Herrera. Nacido en Tímar (Granada) en 1726, se licenció en Teología por la Universidad de Granada, doctorándose en la de Osuna. Fue catedrático en las Escuelas del Sacromonte de Granada, hasta que se trasladó a Málaga en 1765.
    En el conjunto de su obra destacan los estudios históricos sobre Málaga y el territorio de su Obispado. Entre dichos estudios destacamos el «Diccionario Geográfico Malacitano », una descripción del Obispado con datos muy variados (demográficos, económicos, geográficos, históricos...) Esta obra se ha perdido y sólo se conserva un «Suplemento al Diccionario Geográfico Malacitano». En realidad, el «Suplemento» es un volumen formado por las respuestas que los párrocos de algunos pueblos dieron a un cuestionario enviado por Medina Conde, en demanda de información para elaborar el «Diccionario».
...
    No obstante, este lamentable desconocimiento no nos impide apreciar en lo que vale la formación intelectual y el espíritu poético y el amor a esta tierra que nos muestra el autor de este texto...

Sin embargo en otras fuentes se indica:

... fuentes que después de revelaron falsas, como los libros plúmbeos y los hallazgos del Padre Juan Velásquez de Echeverría, del Racionero de la Catedral D. Juan Florez y del Canónigo malagueño D. Cristóbal Medina Conde que a la postre fueron condenados por falsarios en un pleito de resonancia nacional y repercusión histórica, señalaron la existencia de otra ciudad llamada Ilípula que se situaría en el Sacromonte, pero cuya existencia nunca ha podido demostrarse, por lo que por razón de sus falaces fuentes debe de calificarse ésta como un producto de la invención. No obstante, no faltaron en dichos hallazgos referencias también a otra ciudad de la que sí se sabe de su existencia por la lápida hallada en el recinto de la Alhambra en 1581: Natívola, de la que, sin embargo, no existen más testimonios que el indicado, pues tampoco han podido conocerse más datos sobre su localización ni sobre ningún otro aspecto de la misma, aunque se piensa que estaría ubicada por las proximidades del Cerro del Aire

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